Por Ricardo Bustos
Desde Misiones, el meteorólogo Alfredo Yaquinandi, quien nos informa a los ciudadanos desde El Territorio de Posadas, afirma que los canales de TV porteños hace largo rato comprendieron la amenaza del cambio climático y el peligro de tomar los pronósticos como una simple “nota de color” de sus noticiaros, y todos ellos han contratado meteorólogos profesionales.
En el interior del país se exige título profesional al comentarista deportivo y de locutor nacional al que menciona una marca en un aviso comercial, pero se habilita a cualquier jovencita de buena presencia sin título alguno a presentar el pronóstico del tiempo. Según Yaquinandi, «Mauricio Saldívar (meteorólogo de la UBA en canal 13 hasta 2014), nos confesaba por e-mail: La ausencia de profesionales en el interior del país se debe en primer lugar al Servicio Meteorológico Nacional, en manos de la Fuerza Aérea (1966/2007) que centralizó la actividad en Buenos Aires, dejando sólo personal militar no profesional en los Servicios del interior, y concentrando por ley la potestad de emitir pronósticos meteorológicos, dejando sin poder ejercer la profesión a los que se graduaron en la universidad. Esto provocó un desinterés por la ciencia en los más jóvenes”.
Ahora bien, siempre con el mismo tema, nos enteramos de algo escalofriante al leer declaraciones de Matilde Rusticucci, directora de la carrera de Ciencias de la Atmósfera de la UBA, “en cada aeropuerto del país debería trabajar un meteorólogo, pero solo egresan de tres a cinco por año”.
Nosotros sufrimos esa carencia en 1997, cuando un avión de Austral, que había salido de Posadas, fue desviado hacia Fray Bentos, por un erróneo parte meteorológico del SMN de Posadas, que lo envió al centro de la tormenta. Esa tragedia se llevó a una de mis mejores amigas y me obligó a volver a la profesión desafiando la ley del SMN.
Así se inició “El reporte del tiempo”, que se emite diariamente por Canal 12 desde hace 20 años.
En lo personal, recuerdo que aquel día fatídico del accidente aéreo con la máquina de Austral, en casa estábamos con el corazón en la boca porque ese vuelo hacía Corrientes-Posadas y volvía a Buenos Aires y era el horario que, en teoría, debía haber abordado nuestro hijo, algo que no ocurrió porque un cambio de horario a último momento, lo obligó a cambiar de vuelo.
Lamentablemente, muchas familias tuvieron que soportar el dolor y la angustia por el triste desenlace del desastre que produjo la mala indicación de un pronosticador desde la torre de control.
La pregunta que a nadie escapa puede ser ¿y ahora como estamos con ese tema? porque a nadie se le ocurriría pensar mientras acomoda su cuerpo y ajusta el cinturón en un cómodo asiento de un avión, que un meteorólogo le informe a los pilotos el rumbo que deban tomar y los lleve al ojo de una tormenta. Claro está que en este caso no podemos olvidar que los navegantes también tenían radares que les indicaban por donde debían llevar su avión, aunque no debemos olvidar que la competencia comercial, exige horarios a cumplir que muchas veces solo se logran arriesgando a todos los que viajan, inclusive a los propios tripulantes de la nave.
Para quienes viajamos por las rutas, también es complicado el mal clima pues en el interior existen tramos donde no hay ni un árbol donde protegerse a la hora de la caída del maldito granizo y eso también en gran medida se lo debemos a la meteorología porque nos anuncia mal tiempo con «probable caída de granizo» y de esa manera se eliminan compromisos posteriores a la hora de dar explicaciones sobre el fenómeno que se ha producido.
Para los ciudadanos de a pie, así como están las cosas en el ámbito de las previsiones climáticas, es como la enorme cantidad de cámaras de seguridad que se instalan en cualquier parte del país, que lamentablemente, solo nos avisan sobre quien y como nos robaron y después tenemos que pagar los gastos.
Honremos a los «buenos meteorólogos», los que a diario se queman las pestañas buscando situaciones que pueden llegar a complicar la vida cotidiana de todos nosotros.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556